miércoles, 1 de junio de 2011

DE SIGLO EN SIGLO PERSIGUIENDO ECLIPSES


Para esta ocasión hemos escogido el tema de los Eclipses ya que Hoy estamos viviendo un Eclipse parcial de Sol a los 11 grados de Géminis Pero ¿Qué son los Eclipses y cómo influyen en nuestras vidas?, y eso es exactamente lo que deseamos platicarles en este artículo.

Un eclipse total de Sol, es la sombra que proyecta el cono de la Luna sobre la superficie terrestre y comprende un diámetro de 268 kilómetros como máximo. Se desplaza hacia el Este a una velocidad superior a los 1,700 kilómetros por hora y  se trata, pues, de un fenómeno fugitivo en un mismo punto del globo. El eclipse total no dura más que algunos minutos. Un máximo de siete minutos y medio, en las condiciones más favorables. Fuera de esta zona de sombra, se extiende otra región más vasta en la que el eclipse es parcial y cuya fase puede durar de  una a dos horas.

El sistema de sucesión de eclipses obedece a un gran ciclo determinado por un múltiplo común de tres revoluciones: Sinódica o sea 223 lunaciones, Dracontífica que significa 242 vueltas de la Luna sobre su nodo y Anomalística, 239 vueltas de la Luna sobre el mismo punto de su órbita en relación con su perigeo.

Este es el periodo caldeo llamado Saros, por el que se produce una serie similar de eclipses cada 18 años y 11 días. Dentro de este ciclo se encuentran 86 eclipses totales a anulares y 15 parciales. Durante un año se producen al menos cuatro eclipses, dos de cada luminaria. Además, hay cuatro o cinco de Luna y dos o tres de Sol, o viceversa. Respecto a cada luminaria, nunca hay menos de dos eclipses por año ni más de cinco.

Claudio Ptolomeo, conocido como el príncipe de los astrólogos, dedica varios capítulos de su Tetrabilios a un análisis ordenado de los eclipses. Según él, un eclipse concierne únicamente a la parte del mundo que se encuentra por encima del horizonte, sobre todo en la zona de su visibilidad. Afecta también a los países que corresponden al signo en que se produce. Otro de los puntos que señala es respecto al tipo de acontecimientos que de ello se desprenden, según el símbolo que los representa: si son humanos, conciernen a la especie humana, los signos de animales al ganado; los de agua a tempestades e inundaciones, los de tierra a sismos; los cardinales a las regiones, y los fijos a las edificaciones. Desde luego, esta creencia duró hasta que llegó Jean Baptiste Morin, el más culto de los autores católicos del siglo XVII y quien fuera el astrólogo privado de Richelieu.

En su obra, Ptolomeo da prioridad a los eclipses. Partiendo de que en ese momento las dos luminarias se encuentran en la misma línea recta que pasa por la tierra, él comparó al fenómeno de acoplamiento de lo alto y lo bajo, o las bodas del Cielo con la tierra.

Existe una teoría que atribuye la desaparición de reyes y mandatarios a los eclipses de Sol, estableciendo una relación entre éstos y la muerte de personajes importantes. Esto no es ajeno a la tradición cristiana, pues los discípulos del Señor, Mateo, Marcos y Lucas relacionaron el oscurecimiento del Sol con la muerte de Cristo; aunque esta relación tenga más bien la significación de un milagro que de un eclipse.

Los eclipses totales han constituido siempre el terror de los pueblos primitivos, no únicamente por que fueran primitivos, sino porque se encontraban estrechamente unidos a la naturaleza y percibían por instinto cualquier cambio en el equilibrio general del universo. El reloj biológico, que se encuentra dentro de todos los seres vivos, sufre una alteración; de ahí que los pájaros, asustados, dejen de cantar, las gallinas se dispongan a dormir y las plantas y flores se estremezcan cerrando sus pétalos.

En la Gran Tenochtitlán, el 28 de mayo de 1351, el 16 de abril de 1455 y el 2 de enero de 1502, ocurrieron eclipses parciales de Sol que coincidieron con la ceremonia del Fuego Nuevo, lo que debió resultar terrorífico, ya que se suponía que podría apagarse para siempre y acontecer el fin del mundo. En el códice Dresden, el Peresiano. El Popol Vuh y posteriormente en las crónicas de Fray Bernardino de Sahagún,  Fray Juan de Torquemada, y en innumerables registros, se hace referencia a ellos.

Durante el presente siglo se han visto cuatro eclipses totales de Sol en la república mexicana; el 28 de mayo de 1900, el 10 de septiembre de 1923, el 07 de marzo de 1970, y el del 11 de Julio de 1991, que resultó verdaderamente impresionante, aún más por la presencia del ovni fotografiado muy cerca del anillo solar. Cabe recordar que este eclipse tuvo lugar a 19 grados del signo de Cáncer que pertenece al elemento agua, y que si lo relacionamos con lo anteriormente dicho, su significado sería el de inundaciones o tempestades. No será sino hasta el 08 de Abril del año 2024 cuando se vuelva a observar otro eclipse total de sol de la misma importancia de los ya mencionados; aunque el 29 de Abril de 1995 podrá ser observado en la república mexicana un eclipse parcial de sol y otros más el 26 de febrero de 1998 y el 25 de diciembre del año 2000, con las mismas características.

Sería interminable la lista de los eclipses más significativos lo cual no es nuestro objetivo enumerar, sino simplemente para encontrar un marco de referencia al hecho de que en este año 2011, tendremos 6 Eclipses:


Los estudiosos opinan que los eclipses influyen en la política y los intereses nacionales. Si se dibuja una carta astral de 12 sectores para el momento de un eclipse, la casa del gráfico en la que se produzca el eclipse indicará qué aspectos de la nación pueden verse afectados, asimismo, el signo del Zodíaco en el que tiene lugar el eclipse arrojará más luz sobre los sucesos futuros. Sagitario por ejemplo, se asocia a su elemento fuego; Capricornio a la economía, la riqueza del subsuelo, y los movimientos de tierra; Géminis, a las telecomunicaciones y los eventos relacionados con su elemento aire, y Cáncer a los eventos de agua como tormentas, ciclones y grandes marejadas.


Una observación curiosa, es que los eclipses el año pasado se dieron en el eje de Cáncer-Capricornio y si hacemos memoria, la humanidad estuvo viviendo una de las peores crisis económicas de los últimos años (aunque claro había otras posiciones astrológicas que lo confirmaron como la cuadratura T que tuvimos entre Saturno, Urano y Plutón), y devastadores terremotos. También hubo granizadas insólitas, y se vivieron también dramáticas inundaciones. Este año, el eje donde ocurrirán los eclipses está cambiando a Sagitario-Géminis. El despertar de volcanes, incendios y otros eventos relacionados con el fuego pueden esperarse, así como Tornados los cuales ya se vivieron en los Estados Unidos con uno de categoría cinco; se espera también una fuerte temporada de ciclones, además de más inundaciones y eventos relacionados con el agua.


Los efectos de un Eclipse pueden empezar a manifestarse antes o poco después de que tenga lugar el eclipse., Pero todas las consecuencias quizá no resulten evidentes hasta meses En el caso del Sol, o semanas para la Luna, así es de que mantengámonos alertas a los sucesos importantes de este año y observemos si en realidad hubo una correlación significativa en los Eclipses y su impacto tanto en la actividad física, política del mundo como en nosotros mismos.

Lo que nos avisa un eclipse es que necesitaremos hacer algunos cambios o ajustes ante una alteración temporal de nuestro equilibrio emocional y psicológico de nuestra vida personal, o en el caso de países y gobiernos, de una alteración en la relación de éstos con sus gobernados. En cualquier caso, se trata de un reto que hay que enfrentar con ineludible urgencia y que de ninguna manera se le puede hacer esperar. Efraín Klerigan no dice que la sucesión de los tres eclipses, en el ciclo, son anuncio de cambios marcados en el mundo.

Hay que estar alertas pero no nos alarmemos. Lo que he querido es transmitirles un mensaje de fortaleza para enfrentar los nuevos retos, cambios y transformaciones que tendremos que vivir tanto en el plano espiritual y personal como a nivel país. 

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